Hace aproximadamente ochos años conocí el estrés en su forma física y emocional. Me sentía triste, agobiada, pensaba constantemente en que crecer había sido lo peor, porque quería seguir siendo una niña que no tuviera que preocuparse por nada, los niños se supone que solo piensan en jugar, comer, reír, vivir, aprender y dormir (lastimosamente ellos también sufren de estrés, pero eso es tema para otro post). Estaba sumida en esos pensamientos y vivía la vida sin consciencia, realmente hacía lo que tocaba, me quejaba y tenía solo pensamientos duros conmigo y muy negativos. Todo lo que me estaba pasando era justo lo que no quería para mí: tenía una mala relación conmigo, no estaba en conexión con Dios, tenía un mal novio, no tenía trabajo, debía pagar cuentas porque vivía fuera de casa de mis papás (sentía que no debía regresar por puro orgullo), para completar tenía muchísimas deudas.
En realidad, fueron días muy difíciles. Fuera de sentirme emocionalmente inestable, empecé a sufrir de alopecia, una enfermedad capilar que hace perder el cabello por pedazos, tenía varios huecos, ahí no se veía posibilidades de volver a tener a cabello y también experimenté la migraña, una muy jodida que me hacía vomitar y permanecer a oscuras porque no soportaba la luz, lo peor era que por sentirme triste lloraba mucho y eso empeoraba el dolor de cabeza. ¿Cómo salí de ahí? Empecé por entender que era yo sola la que podría ayudarme, porque, aunque otros quisieran, la única persona que podía tomar esa decisión y tomar acción era yo. Sentirme como me sentía solo estaba haciendo cada vez más compleja la situación, así que empecé por aceptar que no era posible vivir así, eso no era lo que yo quería para mí. Tomé decisiones, tomé acción, reconocí mi vulnerabilidad y busqué ayuda, me reencontré con Dios y comencé a vivir de nuevo. Entendí y fui consciente de lo que estaba pensando, sintiendo, viviendo, me perdoné, perdoné mis circunstancias, acepté mi realidad y definitivamente empecé a actuar, dejé de culpar a otros y realmente a trabajar en mí, en mis pensamientos, en mis acciones. Por toda esta experiencia, decidí aprender sobre gestión del estrés y la relajación. Si me sigues en redes, sabes que menciono frecuentemente que me gusta ayudar a otros, así que quise aprender más para ayudar a todos los que estuvieran experimentando eso y, cuando decidí ser asistente virtual, también sabía que encontrar la ayuda idónea en las tareas de emprendimiento, es una de las formas de combatir el estrés. No estoy segura de qué es lo que estás viviendo, no sé lo que estás pasando, pero sé que se puede continuar…
2 Comentarios
Actualmente estamos atravesando por una realidad mundial inesperada, a ninguno de nosotros nos enseñaron cómo afrontarla. Todo por esta época ha sido más complejo. Queremos rendir en toso y estar bien, pero muchos al mismo tiempo en ocasiones pensamos en tirar la toalla. Es un encuentro de emociones permanente, para muchos emprendedores, además, ha representado todo un desafío seguir a flote.
Es normal sentirse abrumado, es normal sentir estrés, sin embargo, es necesario tomar acción para lograr salir de ahí con éxito. Por eso quiero compartirte a continuación algunas ideas para cuidar de ti, ¿por qué cuidar de ti? Es indispensable, necesitas tener un equilibrio en tu vida, suena más sencillo decirlo que conseguirlo, pero al menos hay que intentarlo. En la medida en que te sientas bien, podrás realizar un buen trabajo, dar un buen consejo, prestar un buen servicio, atender bien a tus clientes, cuidar a tus hijos y todo lo que hacemos a diario desde los diferentes roles que desempeñamos como personas. Cuidar de ti te ayudará a estar más sereno, más tranquilo, con más motivación, con más ganas, te sentirás más saludable.
Bendiciones, Isa. |
AuthorWrite something about yourself. No need to be fancy, just an overview. Archives
Junio 2020
Categories
Todos
|
¿Qué hago? Servicios de gestión, organización y optimización para emprendedores, pequeñas y medianas empresas.
|
Correo
info@tuasistente.com.co |